INFORMACIÓN DEL COLECTIVO
1.- DATOS IDENTIFICATIVOS
Nombre de la actividad: Danza de Guamasa o Danza de las flores de Guamasa
Colectivo: Danza Guamasa
Fecha constitución: 1932
Fecha de Celebración: Mes de junio en la Romería en honor a San Isidro Labrador y mes de agosto en las fiestas en honor a Santa Rosa de Lima, ambas en Guamasa
2.- DATOS DE LOCALIZACIÓN
Lugar: Guamasa
Municipio: San Cristóbal de La Laguna
3.- DATOS DE CONTACTO
Representante: Acidalio Hernández Reyes
Teléfono:
Email: danzaguamasa@gmail.com
4.- HISTORIA-DESCRIPCIÓN
La Danza de Guamasa surge en este pueblo lagunero alrededor de 1.932, cuando casi toda la población se dedicaba a la agricultura, trasmitiéndose la tradición de padres a hijos, generación tras generación. Año tras año, hizo acto de presencia en las principales fiestas del pueblo, primero en las fiestas en honor a Santa Rosa de Lima y posteriormente también en la Romería en honor a San Isidro Labrador.
Debemos su nacimiento a Don Elías Afonso López, presidente por aquel entonces del Casino, quién quiso crear una danza propia en el pueblo, diferenciándola de la de D. Pedro Gómez, formada en la Padilla Alta.
Si pensamos en las principales características de la Danza de Guamasa reparamos en el material del que está hecha la estructura, siendo éste vástagos de hoja de palmera a los que se le añade un aro metálico a la parte superior para así poder unirlos con el palo central, siendo los palos superiores o “mayores” rojos, los inferiores o “menores” azules y el palo central está pintado a franjas rojas y azules. Al palo central, además, en su parte superior se le añade una corona adornada con flores. Pero no sólo la corona está adornada de esta manera.
Puede que lo más llamativo de la Danza de Guamasa sean las flores de papel de seda que adornan tanto su corona como los palos. Éstas están hechas a mano recortando pétalos de diferentes tamaños y están unidas a un alambre con hilo, uno a uno hasta formar la flor.
Otra de las características que aparece que esta danza que no se encuentra en otras es la presencia de una “madrina”, la cual acompañaba a los bailarines en su recorrido y que solían ser niñas pertenecientes a la familia de alguno de los miembros de la Danza.
En cuanto a la vestimenta, los danzarines llevan pantalón y camisa blancos, dos cintas cruzadas sobre el pecho y otra a modo de fajín, todas ellas de distintos colores y para finalizar, una gorra negra adornada también con cintas de colores que cuelgan por la espalda y otras más pequeñas en lo alto de la gorra.
Como en tantas otras danzas, la música utilizada es el Tajaraste, tocada por tambores redoblantes y castañetas. El número de bailarines puede oscilar entre 8, 10 y 12, que se relevan durante el recorrido, además de el encargado de sujetar el palo y los tocadores.
La Danza de Guamasa puso fin a su andadura en 1.987, después de tantos años recorriendo las diferentes fiestas de la isla. Tras la muerte de D. Elías, entró en decadencia hasta que al final sólo quedó el recuerdo.
Fue entonces, en el año 2.007, cuando dos amigos quisieron que la Danza regresara, que aquello por lo que habían luchado tanto sus padres, sus tíos, sus vecinos, no podía quedarse en el olvido. Así que juntaron a todos aquellos que habían bailado en su juventud, muchos de ellos desde que eran tan solo unos niños, y les propusieron traer a la Danza de vuelta. Hubo miedo e incredulidad, pero el amor que sentían por la Danza era mayor. Y así es como, en la siguiente romería de San Isidro Labrador, la Danza volvió al lugar al que siempre había pertenecido.
Tradicionalmente masculina, la Danza se vio una vez más en peligro de desaparecer. Es por esto que en el año 2.014 se toma la decisión de dar un paso adelante, permitiendo que las mujeres que así lo quisieran también pudieran bailar y desde ese año se ha convertido en una danza mixta.
Este trabajo pretende rendirle homenaje a esta Danza y en especial, a todos los que, de una u otra forma, la vivieron.
Por otra parte, queremos destacar el hecho de que prácticamente la totalidad de la información que presentamos nos ha sido facilitada por personas del pueblo, la mayoría bailadores de la Danza, a quienes les estamos profundamente agradecidos, ya que sin su colaboración no hubiera sido posible realizar este modesto estudio. En este sentido, hemos de hacer hincapié en la importancia que tienen los testimonios orales, sobre todo de las personas mayores, quienes guardan en su memoria numerosos hechos y relatos que nos servirán para poder reconstruir muy diversas parcelas de nuestra historia y cultura.